Uno de los mejores inventos de la repostería ha sido sin duda el delicioso croissant cuya
variedad es inmensa, pero el auténtico croissant es el francés.
Crujiente por fuera y tierno por dentro, que combina tan bien con el
café como el jugo de naranja, un placer para el paladar. El mejor croissant dicen los gourmet lo hacen en París, como era de esperar. Pero la historia del croissant
es muy curiosa, para empezar es una creación de los reposteros vieneses
y los franceses más listos rápidamente se la hicieron suya. Croissant
es un pastelillo conocido popularmente como cruasán. En el siglo XVI,
para celebrar la derrota de los Otomanos (turcos o persas), los vieneses
hicieron un pastelillo conmemorativo en forma de luna creciente (la
luna creciente, en francés lune croissant), blanca sobre fondo rojo era
la bandera de los derrotados.
El croissant también es conocido como "medialuna".
El croissant también es conocido como "medialuna".
Ingredientes Masa:
- 1 kilo de harina
- 120 gramos de azúcar
- 20 gramos de sal
- 470 centímetros cúbicos de agua
- 100 gramos de manteca
- 1 huevo
- 60 gramos de levadura en pasta
Ingredientes Empaste:
- 400 gramos de manteca
Procedimiento:
Formar 1 pan con los 400 gramos de manteca. Reservar en la heladera.
Con
los ingredientes de la masa formar una masa suave y bien amasada. Dejar
descansar 1 hora y luego llevar 3 ó 4 horas a la heladera.
Luego del descanso estirar la masa en forma rectangular.
Estirar
con un palote el pan de manteca poniéndolo entre dos nylon dándole
forma rectangular del tamaño de la tercera parte del rectángulo de masa.
Retirar
el nylon y colocarlo en el primer tercio del rectángulo de masa, hacer
un repulgue para que no salga la manteca al estirarlo. Doblar la masa en
3 (vuelta simple). Y ponerla en el refrigerador envuelta en nylon.
Repetir esta operación 3 veces, siempre doblando en 3, colocándola en el
refrigerador 30 minutos entre cada vuelta.
Una
vez terminado el proceso estirar la masa, marcarla en triángulos. Tomar
cada uno, hacer un corte en la base, y arrollar desde la parte más
gruesa a la punta, presionando solo los extremos, no el centro al darle
forma.
Poner sobre chapa limpia y hornear de 12 a 15 minutos a una temperatura de 240º.
Vale la pena el trabajo porque quedan deliciosos.
ok
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